Nuevas inundaciones se ceban en mexicanos que lo perdieron todo hace un año

Villahermosa (México).-  Una treintena de familias mexicanas que lo perdieron todo hace un año por las inundaciones han vuelto a vivir estos días una tragedia similar al inundarse sus nuevos hogares que les entregaron hace apenas un mes, tras el nuevo desbordamiento de los ríos de Villahermosa, en el estado de Tabasco.

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(EFE)

Muchos de los habitantes de esta zona perdieron sus empleos hace meses y nuevamente ven cómo un problema de ubicación y drenaje amenaza su bienestar.

Después de sobrevivir los once últimos meses en refugios habilitados en un área deportiva de la ciudad, las familias han comprobado que la urbanización "Gracias México" que ocuparon el 19 de agosto pasado carece de un sistema de drenaje pluvial adecuado, lo que les ha dejado nuevamente a merced de las aguas.

El enclave se ubica a unos 18 kilómetros del centro de la capital de Tabasco, donde estos días se han desbordado los ríos Carrizal y Grijalva y también han afectado a la zona.

Hace un mes el presidente de México, Felipe Calderón, y el gobernador de Tabasco, Andrés Granier, entregaron a 438 familias damnificadas hace un año en el estado sus nuevos hogares con la promesa de que éstos no volverían a anegarse.

Aquel día hubo una gran fiesta pues con la entrega de llaves terminaba una amarga experiencia en la que está considerada la peor inundación sufrida por el estado de Tabasco, en el sudeste de México, en medio siglo, que dejó 1,2 millones de damnificados.

La pobre planificación urbana, el hecho de que muchas personas habitaran las márgenes de los ríos y lo extraordinario de las lluvias convirtieron en una tragedia colectiva aquella situación, que fue respondida con una enorme solidaridad por miles de mexicanos que enviaron ayuda y cuantiosas donaciones.

Sin embargo, la alegría ha sido efímera pues esta semana las aguas volvieron a inundar treinta de las casas de "Gracias México".

"No he cerrado los ojos (en toda la noche) porque el agua se metió a la casa", dijo a Efe Norma Trinidad, la dueña de la Casa 17 de la calle Naciones Unidas, la que le correspondía.

Con los pies inflamados y mostrando un colchón que se mojó por el agua que alcanzó su vivienda, precisó que las autoridades los dejaron "abandonados a la buena de Dios" en esta urbanización recién construida.

La mujer, su esposo y uno de sus hijos tuvieron que abrir a martillazos un boquete en una de las paredes de la casa para que el agua que entró en la vivienda encontrara un nuevo cauce.

"¡Quién iba a creer que nos trajeron a que nos inundemos otra vez!", agregó Manuela Díaz, otra de las afectadas por el mismo problema.

Muchos de los habitantes de esta zona perdieron sus empleos hace meses y nuevamente ven cómo un problema de ubicación y drenaje amenaza su bienestar.

"Están los registros (del drenaje) pero el agua no tiene salida. ¡Hemos vivido un infierno estos días!", explicó Rosa Gerónimo, cuyo marido está desempleado.

Este día en las siete hectáreas sobre las que se asienta "Gracias México" se ven apilados colchones, ropa y aparatos electrodomésticos que se echaron a perder con el agua.

Una mujer indignada lamenta que las autoridades los trasladaran "de Guatemala a Guatepeor".

El gobernador de Tabasco, Andrés Granier Melo, aceptó esta semana que las treinta familias víctimas de los estrados, si siguen las lluvias, serán reubicadas en otras zonas hasta corregir los problemas en la urbanización.

"Son las calles más bajas. Nosotros vamos a reequipar el cárcamo (depósito subterráneo) con mayor bombeo porque es demasiada el agua que le está llegando a las colonias", agregó.

El plan de las autoridades era entregar este año un total de 2.442 casas a las personas que quedaron hace un año damnificadas por las inundaciones.