El Fiscal mantiene 8 años para el acusado del atentado contra el Juzgado de Paz de Zarautz

Madrid.-  La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha mantenido hoy su petición inicial de 8 años de cárcel para Arkaitz Agote, presunto integrante del "comando Donosti" de ETA, desarticulado en marzo de 2007, por un atentado frustrado contra el Juzgado de Paz de Zarautz (Guipúzcoa) el 2 de noviembre de 2005.

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(EFE)

El presunto miembro del "comando Donosti" de ETA Arkaitz Agote, en la sala de juicios de la Audiencia Nacional, donde se le juzga por su intervención en un atentado frustrado contra el Juzgado de Paz de Zarautz (Guipúzcoa) en noviembre de 2005, hechos por los que la Fiscalía pedirá ocho años de prisión.

En el juicio celebrado hoy en este tribunal, el acusado ha dicho que no tiene nada que ver con los hechos y se ha negado a contestar a las preguntas de las partes.

El fiscal Ignacio Gordillo ha sostenido que Agote colocó, con un cartel que decía 'peligro bomba', un artefacto explosivo -compuesto por un sistema de iniciación eléctrica, detonador, temporizador y 500 gramos de amonal y 85 de cloratita- en la puerta del Juzgado de Paz de Zarautz, "junto a un edificio de viviendas".

Este artefacto fue descubierto por un vecino, que, según ha manifestado, alertó a la Ertzaintza porque al ver un paquete "envuelto en plástico negro" sospechó, lo que permitió su desactivación.

Los guardias civiles que han testificado han explicado que durante la declaración que prestó en sus dependencias el acusado, detenido en San Sebastián en marzo de 2007, éste ofreció unos detalles de los hechos que "sólo puede saberlos porque participó en ellos".

Según ha señalado uno de los agentes, Agote contó que el artefacto estaba montado en dos "botes de Nesquik, con medio kilo de amonal y un cártel que avisaba de la bomba", una información que luego aportó la inspección ocular realizad por la Ertzantza.

Para los peritos, los elementos y el sistema del artefacto explosivo son los que habitualmente emplea ETA.

El fiscal ha considerado que estas pruebas, junto con el hecho de que el acusado esté procesado por pertenencia a organización terrorista en otro sumario y que el atentado frustrado fue después reivindicado por ETA en el diario "Gara", son pruebas suficientes para condenar a Agote.

La Audiencia Nacional ha juzgado hoy también a otros tres jóvenes -Iker Otamendi Otamendi, Iñaki Aristu Ibañez y Mikel López Echegui- por delitos de violencia callejera cometidos durante el homenaje al etarra Imanol Gómez, fallecido en accidente de coche en Francia cuando huía de un control de la Gendarmería.

La fiscal Blanca Rodríguez ha pedido para cada uno cuatro años y 11 meses de cárcel por desórdenes públicos y atentado a agentes de la autoridad al acusarles de cruzar contenedores y prenderles fuego, así como de lanzar cócteles-molotov contra cabinas telefónicas y entidades bancarias el día de ese homenaje, celebrado en San Sebastián el 24 de julio de 2005.

Los tres acusados, sin embargo, han negado los hechos, aunque López Echegui y Otamendi Otamendi han reconocido que estuvieron en el homenaje pero han asegurado que no participaron en los altercados.

Por su parte, López Echagui ha relatado que no vio ni encapuchados ni enfrentamientos ni ertzantzas y que cuando iba caminando "tranquilamente" tres agentes de paisano le detuvieron.

Otamendi Otamendi ha explicado que fue al homenaje con una amiga, que cuando acabó fueron a un bar a tomar algo y que estando en el interior del local vieron a un "mogollón de gente corriendo" y salieron a ver lo que pasaba, momento en el que perdió de vista a la chica y le arrestaron.

El tercero de los acusados, Aristu Ibañez, ha relatado que ese día estaba en la capital donostiarra porque había quedado con una chica y aprovechó que sus padres fueron a la playa y le llevaron a San Sebastián.

Cuando llegó, ha añadido, vio que el "ambiente estaba enrarecido", pero ha dicho que al no acudir la chica a la cita y no gustarle el ambiente, decidió marcharse, que fue cuando le detuvieron.

Según la fiscal, los tres jóvenes iban encapuchados, corearon también insultos contra los ertzainas y les lanzaron cócteles-molotov, piedras y botellas "hasta el punto de que los agentes, temiendo por su integridad física, se vieron obligados a efectuar varios disparos al aire para dispersarlos".