Rickey Henderson y Jim Rice entran a la inmortalidad del béisbol de las Grandes Ligas

Nueva York (EEUU).-  Esta vez no hubo sorpresa, se cumplieron los pronósticos en las intenciones de los periodistas que votaron para que Rickey Henderson y Jim Rice lograsen ser los nuevos miembros del Salón de la Fama del béisbol profesional de las Grandes Ligas.

El camino para conseguirlo fue muy diferente para ambos ex peloteros, porque Henderson lo logró en su primera entrada en la lista de candidatos, mientras que Rice lo hizo en la decimoquinta y última vez que tenía para lograrlo.

Henderson, de 50 años, el líder histórico de las Grandes Ligas en bases robadas y carreras anotadas, un personaje muy especial, dentro y fuera del campo, se apoderó de otra marca que solo otros 43 jugadores habían logrado como es la de entrar al Salón de la Fama en la primera votación.

Luego de nacer anticipadamente en el asiento trasero de un Chevrolet 1957, cuando su madre y padre corrían hacia el hospital, Henderson ha hecho muchas cosas a una velocidad del relámpago, y tampoco podía ser de otra manera en el momento de convertirse en inmortal del deporte del béisbol profesional.

Todo el mundo se esperaba la elección de Henderson, que recibió 511 votos, un 94,8 por ciento, de los posible, que otorgó la Asociación de Periodistas del Béisbol de Estados Unidos.

"Me siento feliz de la vida. Es algo que esperaba desde hace tiempo", declaró Henderson. "Estaba nervioso con la espera, pero al final todo ha sido increíble".

Henderson habló en una teleconferencia antes de abordar un vuelo a Nueva York, y precisamente estaba con prisas, como siempre fue su brillante trayectoria profesional.

"Es un verdadero honor. Estoy anonadado", admitió el rey de los robos de bases. "Realmente no me he puesto pensar qué voy a decir, porque es algo grandioso lo conseguido, pero estaré listo cuando llegue el momento".

Como también estuvo listo para sus logros en el diamante, donde siempre se convirtió en protagonista con sus acciones que le permitieron conseguir todo tipo de marcas.

Henderson se robó 100 bases en una temporada en tres ocasiones, lo que supone casi la misma cantidad de veces que lo lograron el resto de los jugadores combinados.

También logró seis temporadas con al menos 80 bases robadas. El resto de los jugadores de la era moderna consiguieron 10 temporadas similares en conjunto.

El nuevo miembro del Salón de la Fama consiguió al menos 80 pasaportes en 12 temporadas consecutivas para ser el segundo jugador en la historia con una racha mayor, después del legendario, Lou Gehrig, que llegó a las 13, hace 70 años.

La otra racha histórica de Henderson fueron las 14 temporadas consecutivas con al menos 40 bases robadas. Solamente otros dos jugadores de la era moderna, Joe Morgan (9) y Lou Brock (13), alcanzaron más de ocho años esa marca.

Henderson fue el único pelotero desde 1939 que ha tenido una temporada en la que acumuló más carreras anotadas que partidos disputados (con un mínimo de 120 partidos) cuando lo consiguió en 1985 con 146 anotaciones en 143 juegos.

Su clase le permitió ser invitado 10 veces al Partido de las Estrellas, ganó el premio al Jugador Más Valioso (MVP) de la Liga Americana en 1990, mientras que su porcentaje de por vida para embasarse fue de .401, y logró pisar las almohadillas en la primera entrada de 15 partidos consecutivos.

Cuando decidió retirarse, Henderson se fue de las Grandes Ligas con 1.406 bases robadas, casi el doble de las que consiguió el legendario Lou Brock (938), que ocupa el segundo lugar en la lista de todos los tiempos.

Henderson bateó de por vida para .279 con 297 jonrones, 1.115 carreras remolcadas, 2.190 bases por bolas y 2.295 anotadas después de jugar 25 temporadas en las Grandes Ligas.

Los equipos que tuvieron a Henderson fueron los Atléticos de Oakland, Yanquis de Nueva York, Azulejos de Toronto, Padres de San Diego, Angelinos de Anaheim, Mets de Nueva York, Marineros de Seattle, Medias Rojas de Boston y Dodgers de Los Ángeles.

Si Henderson logró su entrada por la vía rápida, Rice lo hizo a través de tener paciencia y ver como año tras año se quedaba sin los votos necesarios para llegar al recinto sagrado del Salón de la Fama, hasta que en su última oportunidad recibió el premio de 412 votos, un 76,4 por ciento, del 75 que necesitaba.

Rice, uno de los bateadores más temidos a finales de los 70 y comienzos de los 80, se el tercer pelotero que logró los votos en su último año, emulando a Red Ruffing (1967) y Ralph Kiner (1975).

Rice apenas recibió el 29,8 por ciento de votos en 1995, cuando fue incluido por primera vez en la papeleta y no fue hasta el 2000 cuando logró sobrepasar el cincuenta por ciento para llegar al 64,8 en el 2006 y al 72 en el 2007.

"Lo único que puedo decir es que estoy contento de que esto terminó", declaró Rice. "Ya estoy ahí y ya nadie me lo puedo quitar".

Rice fue el MVP de la Americana en 1978 y seleccionado a ocho Partidos de las Estrellas después que consiguió 382 cuadrangulares en 16 temporadas con los Medias Rojas entre 1974-89.

Su promedio de por vida fue .298 con 1.451 remolcadas, mientras que entre las campañas de 1977 y 79 lo dejó en .320 con 41 jonrones y 128 producidas para ser un bateador temido por los lanzadores.

Los dos serán exaltados en una ceremonia que se realizará el próximo 26 de julio en Cooperstown, Nueva York. Serán acompañados por Joe Gordon, un ex segunda base de los Yanquis de Nueva York e Indios de Cleveland, que fue seleccionado de manera póstuma por el comité de veteranos.

Los que se quedaron esta año a las puertas de la inmortalidad fueron Andre Dawson, al que le faltaron sólo 44 votos al registrar un 67 por ciento, Bert Blyleven (62,7), Lee Smith (44,5), Jack Morris (44,0), Tommy John (31,7), que apareció por última vez en la papeleta, y Tim Raines (22.6).

El polémico Mark McGwire, con el estigma de las acusaciones de que consumió sustancias para mejorar el rendimiento, recibió 118 votos (21,9 por ciento) en su tercer año, inferior a los 128 que obtuvo en sus dos primeros años.