Muskiz concede la licencia para la planta de coque de Petronor

Muskiz (Vizcaya).-  La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Muskiz ha concedido a Petronor la licencia de actividad de las instalaciones existentes y las licencias de actividad y de obras del proyecto Unidad de Reducción de Fuelóleo (URF), conocida como planta de coque, y la planta de cogeneración.

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(EFE)

La "Coordinadora Anti-Coke" presentará un recurso contencioso-administrativo contra la decisión adoptada hoy en la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Muskiz de conceder a Petronor licencias de actividad y de obras para el proyecto URF o planta de coque. En la imagen de archivo, el presidente de Petronor, Josu Jon Imaz.

El proyecto de Petronor para construir la URF, que supondrá una inversión de 800 millones de euros en los próximos dos años, es motivo de polémica por la oposición de una "Coordinadora anti coke" formada por vecinos de Muskiz y también por las reticencias mostradas por Eusko Alkartasuna, que dirige el gobierno municipal en esta localidad vizcaína.

El alcalde de Muskiz, Gonzalo Riancho (EA), ha informado hoy de que se ha concedido la licencia de actividad de la URF y la planta de cogeneración "sin perjuicio de que otras administraciones puedan emitir informes negativos", lo que supondría la anulación de la licencia.

También se ha concedido la licencia de obras para los dos proyectos, la planta de coque y la planta de cogeneración, con los mismos condicionantes que la licencia de actividad, que no serán efectivas hasta que se apruebe en el plazo de quince días el proyecto de ejecución.

El alcalde ha indicado que Petronor entregó el pasado viernes al Ayuntamiento el proyecto de ejecución del proyecto de URF, que están estudiando los técnicos municipales antes de su aprobación por la Junta de Gobierno Local, por lo que las obras podrían comenzar a partir del mes de marzo, una vez haya concluido este trámite.

Ha explicado que el Ayuntamiento pidió varios informes tras la solicitud en noviembre de las licencias por parte de Petronor y que todavía no han recibido el que solicitaron a la Dirección General de Costas, pero ha señalado que no se podía demorar más el procedimiento administrativo para la concesión de las licencias.

Ha dicho que si no se hubiesen concedido las licencias en este momento el Ayuntamiento debería haberlas concedido en poco más de un mes "por silencio administrativo" y ha asegurado que ha actuado en todo momento de acuerdo a la legalidad y que no le ha quedado "otro remedio" que conceder los permisos.

El alcalde ha reconocido que su partido, EA, está en contra de la planta de coque, lo que se ha reflejado en la votación de la Junta de Gobierno Local, donde las licencias han sido aprobadas con dos votos de EA, dos del PSE y la oposición del edil de Medio Ambiente, Marcos Cucó, de EA.

La Junta de Gobierno Local también ha aprobado la licencia de actividad de las instalaciones existentes de acuerdo con la Autorización Ambiental Integrada (AAI) dictada en mayo de 2008 tras consultar al departamento vasco de Medio Ambiente si esa autorización era efectiva.

Riancho ha explicado que el Ejecutivo autónomo comunicó al Ayuntamiento que "podíamos dar la licencia sin ningún problema" porque las condiciones impuestas en la concesión de la AAI "son de obligado cumplimiento".

El alcalde ha precisado que en la concesión de esta licencia de actividad de las instalaciones existentes se han impuesto a la empresa una serie de condiciones, como la creación de una comisión de seguimiento con técnicos municipales, políticos y técnicos de la Universidad del País Vasco (UPV) para "seguir las incidencias que puedan ocurrir en la refinería".

Además, se ha pedido a la empresa que se coloquen en el municipio más cabinas de medición de emisiones y la instalación en lugares céntricos de dos pantallas de información "en las que se vea en tiempo real los niveles de emisiones que está realizando Petronor".

También se ha pedido a Petronor que inicie en colaboración con la UPV un estudio de salud de la población de Muskiz para saber en el plazo de diez o veinte años "cómo va evolucionando la población y si la refinería y sus instalaciones tienen incidencia en la salud o no".