Referente municipal, político transversal y forjador de la Cataluña digital

Barcelona.-  Antoni Farrés, ex alcalde de Sabadell e histórico dirigente de ICV y el PSUC, deja tras de sí la aureola de haber sido un referente del municipalismo catalán, un político transversal y heterodoxo, capaz de buscar consensos más allá de las siglas propias, y un forjador de la Cataluña digital.

Antoni Farrés Sabater (Sabadell, 1945) ha fallecido hoy a la edad de 63 años a causa de una larga enfermedad, ante lo que su ciudad natal ha decretado tres días de duelo y el ayuntamiento ha acogido la capilla ardiente.

Bajo el mandato de nada menos de 20 años de este abogado laboralista, la capital del Vallès Occidental sufrió una importante transformación.

Fue bien valorado por sus ciudadanos, puesto que prácticamente siempre se hizo con el consistorio por mayoría absoluta, algo poco usual para un político de un partido pequeño en medio de una conurbación barcelonesa muy dominada por los socialistas.

Cuando en 1999 dejó la alcaldía, Iniciativa perdió la ciudad de Sabadell, que pasó a manos del PSC.

Por el camino, Farrés tuvo que vivir algunos momentos duros, el 8 de diciembre de 1990, cuando seis policías nacionales murieron al estallar un coche bomba al paso de la furgoneta en la que se trasladaban a prestar un servicio de vigilancia en el campo de fútbol de la Nova Creu Alta. Un total de 12 personas más resultaron heridas.

Ante la sorpresa de propios y extraños, Farrés decidió dejar la alcaldía en 1999 e incluso abandonó la militancia en Iniciativa -rivalizó con Rafael Ribó-, al admitir sentirse "políticamente desorientado".

Dejó así la primera línea política y centró su actividad en el sector privado de las nuevas tecnologías, con la vista puesta en que las tecnologías de la información llegasen a todos los municipios catalanes.

"Tarradellas me dio dos consejos. Uno: vete antes de que te echen. Y otro: cuando te vayas, calla", recordó Farrés con ironía en una de sus pocas entrevistas tras dejar la alcaldía.

Amigo de rivales políticos como el nacionalista Jordi Pujol, que hace sólo diez días estuvo conversando con él, abogó por que una plataforma de izquierdas desbancase a CiU en las elecciones autonómicas, lo que llevó a Pasqual Maragall (PSC) a estar a punto de incluirlo en su candidatura.

Sólo un año más tarde, el entonces conseller de Gobernación y líder de UDC, Josep Antoni Duran Lleida, contrató al ex alcalde ecosocialista como asesor en materia de administración local, nuevas tecnologías y atención a los ciudadanos.

Este heterodoxo político dedicó la última etapa de su vida, muy vinculado también a las universidades catalanas, a impulsar las nuevas tecnologías en Cataluña como consultor y desde la empresa Localret.

Fue así un forjador de la Cataluña digital, en un gesto de superación y renovación personal tras más de 20 años dedicado a la política activa.