El metal de Vizcaya reclama ayudas urgentes para garantizar la supervivencia

Bilbao.-  La Federación Vizcaína de Empresas del Metal (FVEM) ha reclamado hoy a las diferentes administraciones públicas la adopción de medidas urgentes que permitan garantizar la supervivencia del sector ante el "desplome de la demanda".

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(EFE)

El presidente de la Federación Vizcaína de Empresas del Metal (FVEM), Ignacio Sáenz de Gorbea. EFE/Archivo

Ignacio Sáenz de Gorbea, presidente de la patronal; José Antonio Marcotegui, vicepresidente; y Jaime Fernández, gerente, han comparecido en rueda de prensa en Bilbao para reclamar "una gran pacto" político de ámbito estatal para hacer frente a la crisis.

"No es hora de hacer política de partido, es la hora de las políticas de Estado", ha enfatizado Sáenz de Gorbea.

Los dirigentes de la patronal han explicado que la actividad de las empresas del sector de Vizcaya ha caído en el primer mes del año un 29,3%. "Estamos en un momento crítico y es necesario tomar medidas relevantes y con urgencia", han subrayado.

A juicio de los empresarios del metal, "es necesario abordar de una vez por todas una reforma laboral", que flexibilice el mercado de trabajo y abarate el despido; acometer una "reforma fiscal" que contemple, entre otras medidas, la rebaja del Impuesto de Sociedades; y la reforma energética, para hacer más barata la energía, mediante, entre otras medidas, la apuesta por la energía nuclear.

Han reclamado también que se elimine la "rigidez del sistema laboral" actual en relación a los expedientes de regulación de empleo (ERE) que, en su opinión, "provoca que la destrucción de empleo se acentúe en casos como el actual".

Los empresarios han reclamado que se "garantice la aplicación inmediata" de los ERE "cuando sea imprescindible para la supervivencia de la empresa", haya acuerdo o no, "y sin complementos".

"Lo que estamos pidiendo -han explicado- es que, cuando un ERE llega sin acuerdo, la administración analice los datos y tome decisiones", no como hasta ahora, han explicado, que "si no va con acuerdo previo, lo echan para atrás".

Han propuesto también la "suspensión del pago de las cuotas empresariales", e incluso la "suspensión temporal" del pago del IVA y del IRPF, "estudiada caso a caso", todo ello con el objetivo de aportar liquidez a las empresas, para lo cual también se deberá "agilizar al máximo la devolución de impuestos".

A ello se debería sumar, según la patronal vizcaína del metal, la "suspensión del pago de las cuotas empresariales a la Seguridad Social, durante periodos determinados e incluso en los casos de expedientes de regulación de empleo".

Los empresarios vizcaínos han estimado que las ayudas públicas se deben concentrar en los sectores "con mayor influencia en el conjunto de la economía y de mayor rapidez de retorno en generar consumo: el de automoción y el energético".

Para el primero, han pedido ayudas directas para la compra de todo tipo de vehículos, tanto nuevos como usados, por una "cuantía importante". Para el segundo, que "se resuelva el problema del déficit tarifario" para que las empresas energéticas "acometan inversiones".

Han asegurado que la falta de liquidez "está asfixiando a las empresas" y han reclamado medidas para facilitar la financiación, así como mecanismos que "garanticen y verifiquen la efectividad" de las medidas que se adopten en este terreno.

Las medidas adoptadas hasta ahora "no han funcionado", según los empresarios, que han pedido "saber dónde está el dinero", ha señalado Sáenz de Gorbea.

Con todas estas medidas, "lo que estamos diciéndole a la administración -ha resumido- es que no tenemos tiempo; que ayer ya era tarde", ya que las dificultades "se van acumulando" y las empresas "no tienen una reserva ilimitada". Hasta el verano las empresas pueden "aguantar", pero, han añadido: "necesitamos que en septiembre estas medidas estén en marcha".

Lo fundamental, han apuntado los directivos de la patronal, es que el consumo se reactive y que las empresas cuenten con liquidez. Si cae la industria auxiliar, han advertido, el problema "puede ser que los fabricantes se vayan".

"El Gobierno no puede sonreír, tiene que estar preocupado a tope. Estamos en un momento grave, aunque si actuamos a tiempo lo podemos salvar", ha insistido Sáenz de Gorbea.