Regresan a Madrid seis españoles tras pasar mucho miedo en la zona afectada por el seísmo

Madrid.-  Los cinco estudiantes españoles y la novia de uno de ellos, que se encontraban el L'Aquila, cuando la localidad fue azotada por el terremoto que afectó la zona italiana de los Abruzos, han regresado hoy a Madrid tras pasar "mucho pánico" y sin ganas de volver a la zona.

Así lo ha manifestado en el aeropuerto de Barajas, el madrileño Javier Martínez, que tenía previsto permanecer en L'Aquila hasta julio con una beca Erasmus y que contestó "ni de coña" cuando se le preguntó si pensaba volver a la citada localidad.

Martínez recordó que eran las tres y media de la madrugada del lunes cuando comenzó a moverse todo y se empezaron a caer "todas las cosas" en su casa situada a unos diez minutos del centro de L'Aquila.

Este estudiante madrileño manifestó que las semanas anteriores habían sentido otros temblores en la localidad, pero, ha asegurado, que nunca se les advirtió de que se pudiera registrar un terremoto de esa magnitud.

Martínez y otros 24 españoles fueron evacuados ayer en un autobús al aeropuerto de Roma, desde donde viajaron a España por la noche un grupo de 19 personas, según el estudiante, que relató que, ante la falta de plazas en los aviones, él ha tenido que esperar hasta primera hora de la mañana de hoy para volar.

En el vuelo de Alitalia, en el que ha llegado a Barajas Javier Martínez desde Roma, viajaba también su novia, Marta Ochoa, que había viajado a la capital del la región de Los Abruzos para visitarle.

Ochoa, de 24 años, ha revelado que, tras oir un golpe, se levantó, vio que todo estaba roto y empezó a gritar.

Relató como su novio tuvo que derribar una puerta para que pudieran salir del edificio donde vivían varias personas que estaban atrapadas y como la gente abandonaba los inmuebles y había "un tráfico horrible porque todo el mundo quería salir de la ciudad".

Tras el regreso a España de estas 25 personas, sólo queda en la zona afectada por el seísmo un español que permanecía en la región por "actividades privadas" y que no está registrado como residente e las listas de la Embajada española en Italia, según el cónsul general en Nápoles, Luis Gómez de Aranda.