Los planes de aprovechamiento contribuyen a reducir el uso del fuego en el monte

Valladolid.-  Los planes de aprovechamiento controlado de pastos y de otros recursos del monte han salvado una serie de obstáculos hasta que, finalmente, han logrado su objetivo de reducir el número de incendios forestales.

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(EFE)

Imagen de la zona burgalesa de Las Merindades, donde los ganaderos a los que se les otorgaron parcelas en los montes públicos han mejorado el aprovechamiento de los pastos y realizado labores que han reducido la frecuencia de los incendios.

Tradicionalmente, los ganaderos han utilizado el fuego como forma de gestión del monte, y cada dos o tres años quemaban una zona determinada para eliminar el matorral e intentar mejorar los pastos para los animales, ha explicado hoy a EFE el técnico del Plan 42 de lucha contra incendios forestales en la comarca burgalesa de Las Merindades, Ángel de la Fuente.

El principal problema se daba en los montes de titularidad pública, en los que existía un pastoreo colectivo que se traducía en problemas de tipo sanitario en el ganado y personales entre sus propietarios.

Además, la falta de un modelo sostenible de tratamiento de los pastos hacía que muchas de estas personas terminasen recurriendo al fuego para gestionar los terrenos, lo que produjo "un buen número" de incendios que arrasaron con parte del valor forestal de los montes.

De la Fuente ha incidido en que una parte de la solución vino dada por unas subvenciones del Gobierno autonómico a los ganaderos, cuyo objetivo era compatibilizar el desarrollo de la producción agraria con la conservación del medio ambiente.

Para su obtención, el ganadero firma un contrato de aprovechamiento mediante el que obtiene una parcela concreta de un monte de titularidad pública y se compromete a invertir todo el dinero de la ayuda pública en cumplir los objetivos que la Consejería de Medio Ambiente le marque para ese terreno.

Los primeros planes de este tipo finalizaron en 2008, y en las tierras se han realizado desbroces para mejorar su productividad, cerramientos para facilitar la gestión del trabajo, creación y mejora de caminos o construcción de abrevaderos.

De la Fuente ha señalado que con esta medida se ha conseguido que los ganaderos de la zona "se interesen más por el estado de este entorno", e incluso inviertan dinero de su bolsillo para algunas mejoras.

No obstante, este cambio de percepción ha traído consigo "no pocos conflictos" en los municipios de esta zona burgalesa, "pues en algunos casos, tras dividir las parcelas, unos acusaban a otros de que la suya era mejor y más grande y se producían disputas que en algún caso han impedido la aplicación de la iniciativa".

A pesar de estas dificultades, en las cuatro convocatorias de estas subvenciones se han aprobado 530 planes en Castilla y León, de los que han acabado 220, 87 de ellos en Burgos.

Todo este trabajo, no sólo con ganaderos, sino con diferentes particulares y colectivos que viven del aprovechamiento de los recursos del monte, ha desembocado en una reducción del número de incendios forestales en la zona "como consecuencia de su revalorización", ha concretado.

Vacas, caballos y ovejas son las principales cabezas de ganado existentes en esta zona de Las Merindades del norte burgalés, caracterizada por la presencia de hayedos, robledales y quejigales los árboles predominantes.