El puesto fronterizo entre Honduras y Nicaragua se mantiene en una aparente calma

Las Manos (Honduras).-  La situación en Las Manos, puesto fronterizo entre Honduras y Nicaragua, es hoy de aparente calma, aunque del lado hondureño se mantiene una alta presencia militar y policial en espera del posible ingreso del depuesto presidente Manuel Zelaya.

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(EFE)

En los 12 kilómetros que separan a El Paraíso de la frontera de Las Manos hay varios retenes de policías y militares, donde cada persona que se moviliza en vehículos o a pie tiene que pasar cumpliendo la revisión que demanden los agentes. EFE/Archivo

El coronel Bayardo Bardales, a cargo del contingente militar en Las Manos, dijo a Efe que "la situación es de calma, aunque se mantiene el toque de queda", que comenzó el viernes anterior y es prorrogado cada 12 horas por el Gobierno de Roberto Micheletti.

Explicó que el atasco del transporte de carga en la zona obedece en parte a la situación en la frontera derivada de las pretensiones del depuesto mandatario hondureño de ingresar al país procedente de Ocotal (Nicaragua).

Bardales indicó que algunos camiones normalmente hacen un trámite que puede llevar hasta cuatro días, aunque transportistas hondureños dijeron a Efe que en situaciones normales la gestión aduanera les puede llevar dos días antes de cruzar hacia Nicaragua.

A primeras horas de hoy, Efe pudo constatar la presencia de al menos 30 transportes de carga que se dirigen hacia Nicaragua y Costa Rica, de los que algunos llevan dos, tres y hasta cuatro días esperando pasar.

René Alvarenga y Juan Carlos Orellana, transportistas hondureños, dijeron que están desde el martes en Las Manos y que esperaban cruzar ayer a Nicaragua, pero no pudieron porque los seguidores de Zelaya hicieron una manifestación en el lado de la aduana hondureña, que comenzó a las 14.00 hora local (20.00 GMT).

"Nos cerraron la frontera a las 2.00 de la tarde de ayer, pero esperamos cruzar hoy", comentó Alvarenga, quien transporta golosinas de queso desde San Pedro Sula, en el norte de Honduras, hasta Managua.

Orellana, por su parte, lamentó lo que está ocurriendo y señaló que "por culpa del presidente Zelaya" están viviendo este momento.

Agregó que por la crisis no tuvo tiempo de pagar la letra mensual de su camión, de 8.000 lempiras (unos 421 dólares), y que espera que "Zelaya venga de cualquier forma para que se acabe esto".

En los 12 kilómetros que separan a la ciudad de El Paraíso de la frontera de Las Manos hay varios retenes de policías y militares, donde cada persona que se moviliza en vehículos o a pie tiene que pasar cumpliendo la revisión que demanden los agentes.

Mientras tanto, en El Paraíso, la esposa de Zelaya, Xiomara Castro, permanecía hoy en el mismo hotel donde pernocta desde el martes, en su intento por llegar hasta la frontera a reunirse con su esposo, acompañada de sus cuatro hijos, la madre del presidente depuesto y otros familiares.

Al respecto, el coronel Bardales dijo que tiene entendido que ella "insiste en que quiere venir a la frontera, pero eventualmente sería solamente con sus familiares".

"No sabemos si lo va a hacer hoy o si va a desistir la esposa del señor Zelaya", acotó.

El depuesto jefe de Estado comentó ayer desde el municipio nicaragüense de Ocotal que sus familiares desean salir de Honduras y regresar acompañados de organismos de derechos humanos, así como de dirigentes sociales, obreros, indígenas y campesinos.