Conseller ve un cambio de actitud en el Ministerio pese a la "mano negra" contra Valencia

Valencia.-  El conseller de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda, José Ramón García Antón, cree que ahora hay en el Ministerio de Medio Ambiente responsables "con quienes se puede hablar" sobre las necesidades hídricas de la Comunitat pero advierte de que hay una "mano negra" que sigue perjudicando a esta región.

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(EFE)

El conseller de Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana, José Ramón García Antón. EFE/Archivo

En una entrevista concedida a EFE, García Antón se refiere así tanto a los avances logrados en julio entre la Generalitat y el Ministerio en relación a la construcción del trasvase Júcar-Vinalopó, como a las diferencias en torno a la nueva demarcación de la cuenca del Júcar que propone el Gobierno central.

"Hay un equipo en el Ministerio que ahora ve las cosas de otra manera, están convencidos de que lo han hecho mal y que tienen que cambiar; es gente con la que se puede hablar y opina de otra manera" distinta a los responsables y técnicos de este departamento bajo el mandato de Cristina Narbona.

Ese equipo, según el conseller, protagonizó "los cuatro años más negros, sectarios y perjudiciales para la política hidráulica de esta Comunidad".

Sin embargo, cree que las "heridas" producidas en esa etapa han sido "tan profundas que es muy difícil que desaparezcan" los efectos de esa política realizada "con premeditación y alevosía" por parte del Ministerio.

"Estoy convencido de que sabían que nos estaban perjudicando", añade al referirse a decisiones como la derogación del trasvase del Ebro o el cambio del proyecto del Júcar-Vinalopó.

García Antón se muestra convencido de que hay todavía "una mano negra que no quiere" que los valencianos se entiendan en cuestiones hídricas, como la definición del trasvase del Júcar al Vinalopó.

"Parece que haya alguien, por encima, que dice lo que tiene que ser sin respetar para nada los derechos, el consenso, las necesidades" de los valencianos y de los usuarios de ese proyecto hidráulico, afirma para, a continuación, especular: "Hay alguien, llámese Nueva Cultura del Agua -fundación apoyada por unos 400 investigadores de España y Portugal-, que lo dice. Parecía que habían desaparecido, pero es como si hubiera una mano negra".

El conseller se muestra indignado, también, al abordar el proyecto de demarcación del Júcar aprobado por el Consejo Nacional del Agua: "Es una vergüenza total querer separar las cuencas de l'Alacantí y del Vinalopó y el río Cènia de la del Ebro. Son pactos dentro del propio PSOE", que intenta así "tener mayoría representativa" en la Confederación Hidrográfica del Júcar.

A su juicio, "no hay ninguna razón objetiva para que l'Alacantí quede fuera de esta demarcación; es una ofensa muy grande, intolerable y humillante para la Comunitat", cuyo Consell presentará "el mayor de los recursos" para impedir que salga adelante porque no puede admitirla "de ninguna manera".

En cuanto al trasvase Júcar-Vinalopó, califica a este proyecto como "trascendente" y "la obra hidráulica más importante que se puede hacer en la Comunitat Valenciana", tanto por su objetivo prioritario -ceder recursos del Júcar a una de las zonas más castigada por la sequía en Alicante- como por su carácter vertebrador para esta autonomía.

"Nunca entenderé que haya gente que se oponga a este proyecto" y en cambio no censure la sobreexplotación de acuíferos de Castilla-La Mancha, señala el conseller, quien lamenta que el proyecto inicial se "rompiera unilateralmente" pese a haber sido "consensuado con todo el mundo, avalado económicamente por los usuarios y firmado por Aguas del Júcar".

El Consell apoyará el proyecto actual "porque lo fundamental es que el Júcar y el Vinalopó se unan. No es el mejor de los trasvases posibles, pero hoy es aceptado por mucha gente y con los nuevos compromisos del Ministerio, puede ser viable. Estaremos ahí".

En este sentido, reconoce como "factible" la fecha estimada por el Ministerio para que finalicen las obras (verano de 2010). "La obra tiene tal trascendencia -insiste- que hay que ir con la cara alta, sin ceder un milímetro. Más vale un error tolerable que no hacer nada".

Sobre el trasvase del Ebro, García Antón reitera sentirse "convencido" de que "se terminará haciendo" porque es "lo menos malo" para las autonomías implicadas en este proyecto derogado en 2004 y, según apunta, "no solo es posible sino necesario" para mejorar hasta la pluviometría de la cuenca mediterránea.