Las iglesias evangélicas de EE UU se convierten al ecologismo

BUENOS AIRES (ARGENTINA).-  Las iglesias evangélicas estadounidenses no se han caracterizado por su preocupación medioambiental. Para sus miembros, la defensa del entorno carecía de importancia; por añadidura, resultaba una distracción frente a los problemas a su entender más prioritarios: la defensa de los valores familiares y la lucha sin cuartel contra el aborto y el matrimonio gay. Y predicadores como Tim LaHaye minimizaron el asunto con el argumento de que la Tierra será destruida en cualquier caso, con la Segunda Venida de Cristo.

TAMMY BRYNGELSON (iStockphoto)

Esta indiferencia está remitiendo, informa 'The Economist'. En el abigarrado panorama del evangelismo se ha abierto una corriente sensible a los sufrimientos del planeta. Para no usar el término 'ecologismo', demasiado politizado para su gusto, los evangelistas 'verdes' han acuñado el de 'Creation Care' (Cuidado de la Creación). El ser humano, dicen, no tiene derecho a destruir la obra divina.

Tomemos las palabras de Richard Cizik, el líder de la National Association of Evangelicals, con 30 millones de seguidores. En una entrevista concedida a 'The New York Times' apunta sus fundamentos bíblicos: el versículo 2:15 del Génesis, que insta a velar y cuidar de la Creación. «Dios nos dio el aire, el agua y los recursos naturales para que los protejamos», precisa. Sin embargo, no quiere oír hablar de colaborar con los ecologistas, por las siguientes razones: su confianza en las soluciones estatales; su apoyo a la píldora y el aborto; y el panteísmo de algunos grupos ambientalistas, creyentes en la Creación pero no en el Creador. Doctores tiene la iglesia…

Muy probablemente, el giro doctrinario repercutirá en las posturas de la Casa Blanca sobre el cambio climático y otros puntos candentes de la agenda ambiental. Como es sabido, el bloque social que garantizó la hegemonía de los republicanos en los últimos 25 años ha tenido en los evangelistas uno de sus principales componentes. Ahora, dicho bloque se ha dividido en lo relativo a la crisis ambiental –en lo concerniente a la moralidad, la unidad se mantiene inquebrantable–. Cabe esperar, por consiguiente, que esta concienciación redunde en una mayor presión a favor del Protocolo de Kioto y otras medidas ambientales resistidas por la Administración de George Bush.

Con este gesto, un ala nada desdeñable del protestantismo estadounidense se alinea con la actitud asumida en 2006 por el jefe de la Iglesia Católica, el papa Benedicto XVI. En esa ocasión, el pontífice advirtió del deterioro ambiental, al que acusó de empeorar las penalidades de los pobres del mundo. Asimismo, el catolicismo ha consagrado el primero de septiembre a la protección de la creación. En sentido parecido se manifestó el máximo dignatario del credo ortodoxo, el Patriarca Ecuménico Bartolomé de Constantinopla, al recordar a los cristianos su deber de proteger el entorno.

El fenómeno me trae a la mente la denominación de 'religión civil' puesta por los sociólogos al ecologismo, en tanto que, aparte de organizar protestas, promueve valores éticos que buscan reconciliarnos (re-ligarnos) con la Naturaleza, una meta compartida con muchas religiones, pero sin su trasfondo teológico. Ahora, un movimiento de aproximación se viene produciendo del lado de las iglesias. Un ecumenismo 'verde' está despuntando y yo encontraría muy halagüeño que sus fieles coincidiesen en acciones comunes con laicos, ecologistas y ONG interesadas en el bienestar del planeta.