¿Para qué sirve un Goya?

Las personas premiadas con un Goya no reciben un premio económico por el mencionado galardón. Para el cortometrajista que se hace con el premio, sirve para tener unas palabras por televisión y dar las gracias a todos los que trabajaron gratis para él. Para un técnico, será todo un honor poder colocar uno de esos bustos del pintor de la maja en la estantería del salón. Siempre que vengan amigos a cenar recordará su momento de gloria.

Cartel promocional de 'La Soledad'

Para un guionista significa que en el inestable mundo de la escritura de películas algún productor le haga el encargo de su próximo proyecto. Y si por el guión cobró 30.000 euros, caso de Sergio G. Sánchez, de 'El Orfanato', por el siguiente cobrará un poco más. Para un director-productor de cine 'experimental', Jaime Rosales, ha supuesto que su película 'La Soledad' se haya repuesto en los cines con siete copias más que la vez anterior y en 12 días hayan ido a verla el doble de espectadores. 82.000 ahora en febrero por 41.000 en mayo de 2007.

Así que, ¿Quién dijo que un Goya no era un premio económico? Pero los Goyas a Mejor Director y Mejor Película a 'La Soledad' no sólo han servido para que Rosales y sus co-productores hayan podido amortizar mejor la producción de una película arriesgada. Han sido útiles también para que una parte de la sociedad, todavía mínima, haya observado que se puede hacer otro tipo de cine, que a veces lo comercial y la calidad van de la mano, caso de El Orfanato, pero que en otras ocasiones hay pequeñas joyitas a las que los medios no hacen caso, escondidas en diminutas salas y muchas veces a horas intempestivas.

Ese cine debe seguir haciéndose, aunque camine casi siempre sobre esa fina línea que separa la obra maestra del verdadero coñazo. Y para eso sirven también los premios, para, por un lado, valorar este tipo de cine y, por otro, acercarlo al público, ya que habitualmente estas producciones no tienen el dinero suficiente para comprar espacios en marquesinas de autobús, grandes faldones en los periódicos de mayor tirada ni 30 segundos de publicidad en las televisiones.