Cuando la Ley te anima a saltarte los semáforos

"Use your head, stop at Red" (usa tu cabeza, para en rojo). Este es el eslogan de una campaña británica que recuerda a todos los ciclistas que deben cumplir la ley y pararse ante el semáforo en rojo.

Logotipo de la campaña 'Stop at Red'

Muchos ciclistas tienen la costumbre de saltarse los semáforos en rojo. Conocido es el caso del alcalde de Londres, Boris Johnson, a quién grabaron saltándose seis semáforos en rojo, un paso de cebra y conduciendo por la acera. La acción 'Stop at red' recuerda que las bicicletas son consideradas por ley como otro vehículo y por tanto, tienen que respetar las normas al igual que lo hacen los conductores de los coches. Esto incluye detenerse ante la luz roja. De hecho, no cumplir con el código de circulación es motivo de una sanción económica que puede llegar a los 100 euros como ocurre en Barcelona.

Entre los motivos que argumenta este movimiento, se hace especial hincapié en lo peligroso que puede ser cruzar una intersección cuando no se debe, razón suficiente para provocar un accidente. Además, según la web de esta campaña, este comportamiento no ayuda en absoluto a mejorar la relación entre los ciclistas y otros usuarios y puede crear más hostilidad hacia los que se mueven sobre las dos ruedas, perjudicando su imagen y la del colectivo, y obstaculizando así sus demandas de mejora de servicios e instalaciones.

Está claro, hay que cumplir la ley. Pero ¿qué pasa cuando es precisamente la norma la que dice que puedes saltarte el semáforo? Esto es lo que ocurre en el estado de Idaho, al noroeste de Estados Unidos. Las leyes de tráfico en este territorio próximo a las Montañas Rocosas son diferentes según seas ciclista o conductor de un vehículo motorizado. En Boise, capital de Idaho, la escena en la que un ciclista se salta un semáforo en rojo es de lo más normal. Y es que la ley permite que en todo este estado de cerca de 1.500.000 de habitantes, te saltes la luz roja si vas pedaleando, patinando o en monopatín, eso sí, con precaución y con la condición de que el cruce esté libre.

Estos vehículos no motorizados deben considerar el semáforo como si fuera un stop, y si la intersección está libre de coches y peatones, pueden seguir circulando con todas las de la ley. Algo parecido ocurre con la propia señal de stop: el ciclista no tiene por qué parar, sino que debe actuar como si se tratara de un ceda el paso. Así lo establece el código de tráfico para bicicletas (49-720) —ver pdf— de Idaho.

Otros estados como California están tomando nota del código de circulación de Idaho. En concreto, la Comisión metropolitana de Transporte de San Francisco debatió en junio la propuesta 'Stop and Roll' (para y rueda) —ver pdf en inglés—, presentado por Sean Co, coordinador del departamento ciclista de esta Comisión y que defiende que las necesidades de circulación de los coches y los ciclistas no son las mismas.

Con el objetivo de mejorar la seguridad del que va montado sobre el sillín, una revisión del código de circulación similar a la de Idaho, evitaría, según Sean Co, la habituales colisiones entre el coche y la bici cuando el conductor intenta girar hacia la derecha. A veces, el ciclista se coloca en un angulo muerto y el automovilista no le ve. Si el ciclista cruza la intersección con precaución, sale de la zona de peligro. Además, el que va montado en bici tiene un mayor tiempo de reacción a la hora de 'arrancar', le cuesta un mayor esfuerzo y además cuenta con menor visibilidad si se encuentra entre los coches.

Según el documento, esta ley puede también ocasionar problemas que habría que resolver con una correcta educación: por ejemplo, la conducta de los ciclistas puede crear confusión entre los conductores, sobre todo entre los motoristas, quienes pueden plantearse hacer lo mismo que los ciclistas cuando perciben que éstos "se saltan las normas", un comportamiento impredecible que podría provocar accidentes.

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