El sheriff y Ana Rosa

Telecinco, en su desesperada búsqueda de audiencia, sigue dando cancha a malhechores. A supuestos malhechores, por supuesto. El último ha sido Ginés Jiménez, el sheriff de Coslada, quien para blanquear su pútrida imagen acudió al plató de Ana Rosa. ¿Qué mejor lugar para rascarse las costras de mierda?

El sheriff ha pasado por otros platós también.

Acusado de liderar una trama de corrupción y extorsión (cohecho, blanqueo de capitales, tenencia ilícita de armas…), el ex jefe de la policía local contó su versión de la historia con total impunidad, a su aire y a su ritmo ("un momentito que acabe de contar esto, que es importante", interrumpía a la presentadora). Dijo que todo era una venganza personal: "Se está apuntando mucha gente al bombardeo mediático contra Ginés. Han inventado una película de Martin Scorsese en Coslada". Y lo dijo de forma acelerada, quizá excesivamente acelerada, no sé si me entienden. Siempre desde la altivez, la soberbia y la arrogancia. Sin dejar hablar a sus entrevistadores. Porque no fue una entrevista, fue un mitin.

Tras el largo e impresentable monólogo, lo único evidente es que el sheriff es un individuo repulsivo. Y que seguirá siéndolo incluso si es declarado inocente. Poseído por la chulería de aquellos acostumbrados a abusar del poder, Ginés Jiménez transmite malas vibraciones. En Telecinco estaba como en casa. "Para las calumnias, que se pongan a la cola", sentenció amenazadoramente desde su pedestal de televisión.

En posterior tertulia, Casimiro García Abadillo puntuó al sheriff, "desde el punto de vista formal, con un diez". Y Alfonso Rojo recordó que en ese momento "todo Coslada estaba delante de la televisión". Sesudas e importantes reflexiones de dos grandes periodistas.