El director chino más conocido en el exterior ha llegado al clímax de su más magna obra, la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008, que comenzó a las dos y ocho minutos de la tarde, hora española, ocho y ocho de la tarde del mes ocho del año 2008, hora pekinesa.
La expectación era máxima y atrás quedaron minimizados los otros grandes momentos de la vida del cineasta, casi ya no importan los éxitos en festivales de la talla de Berlín, Venecia o Cannes, incluso las dos nominaciones al Oscar o su relación con su actriz fetiche Gong Li. Ahora sólo importan los 4.000 millones de espectadores que han estado delante de las pantallas viendo lo que él ha ideado y dirigido. ¿Alguna vez soñó con tal magna audiencia?
El ensayo de la inauguración, hace unos días.
De alguna forma, Yimou se convierte en ‘Héroe’ nacional de un país, su país natal, China, que durante años le dio la espalda, tanto su audiencia como su gobierno, acusándole de dar una imagen poco conveniente de la cultura, la sociedad y la política chinas. Hoy es el niño bonito de la corte de Hu Jintao, el cineasta de cabecera, el equivalente a la Leni Riefenstahl de Adolf Hitler en 1936. Las cosas de la vida, que dirían las abuelas. Ayer criticas los excesos de unos dirigentes y eres censurado en tu propia casa y tus promociones exteriores son bloqueadas. Hoy te conviertes en el ideólogo de una ceremonia ideada para dar a conocer al mundo la nueva cara de China, la misma China que hace cinco meses acabó con la vida de 200 tibetanos y que tiene capadas la mayoría de las páginas de internet, una medida que también afecta a los periodistas extranjeros que cubrirán la gran cita del deporte.
Es verdad que Zhang Yimou estudió cine en Pekín. También es cierto que inició su carrera siendo director de fotografía y que lleva casi 30 años dirigiendo películas más o menos grandes en las que, además de lo meritorio de la calidad estética, destacaron otras facetas como el montaje. No es para desmerecer que en sus últimas películas centradas en las artes marciales la puesta en escena haya sido uno de sus principales fuertes. Y, además, no es del todo nuevo en la preparación de coreografías pues dirigió la ópera ‘Turandot’ en la Ciudad Prohibida de la capital china. Pero... ¿cómo se prepara un hombre que procede del cine, del rodaje casi plano a plano, para dirigir una ceremonia de inauguración de un evento deportivo de carácter internacional? Yimou no ha hecho ese máster. Por cierto, desde aquí, un llamamiento ya para la creación del máster en prevención de actos inaugurales.
'La Maldición de la Flor Dorada', ejemplo de gran despliegue.
Porque no tenía el máster y porque Zhang Yimou no quería enfrentarse solo a tamaño reto quiso contar con Steven Spielberg como asesor técnico, que no tiene el master, pero que el tío tiene pinta de saber algo de puestas en escena, aunque sólo fuera porque Yimou vio la escena inicial de ‘Salvar al Soldado Ryan’. Spielberg aceptó, pero luego, con toda la controversia del mundo o quizá por las presiones que recibió de ciertas instituciones, decidió ejercer su particular boicot a los Juegos de un país que no respeta los derechos humanos y rechazó la oferta. Si al final, aun con sus ideas, hubiera aceptado trabajar en consonancia con alguien como Yimou, que aunque niegue haber tenido inquietudes políticas, de una forma un otra se ha vendido a la sociedad que criticó, las chispas entre ambos podrían haber hecho que aquello se convirtiera en ‘La Casa de las Dagas Voladoras’, la aclamada película del director chino.
Sólo queda esperar y ver. Todo en manos de 15.000 participantes, de los mayores fuegos artificiales hasta el momento nunca vistos, de ese repaso a la historia de China a modo de coreografía. Los secretos de la gala saldrán a la luz. Y, en ese momento, Yimou no se acordará de su debut, ‘Sorgo Rojo’, aquel drama rural de excepcional fotografía que deslumbró en la Berlinale. Ni de ‘Ju Dou, Semilla de Crisantemo’, que fue censurada en China en 1990, donde volvía a incidir en la mirada femenina. Tampoco de ‘La Linterna Roja’, también defenestrada por los que ahora le pagan. Aquellos fueron sus inicios. Críticos, intimistas. Después vinieron los leones de oro en Venecia. De lo que sí se acordará será de su obra 'Keep Cool' ('Mantén la calma', 1997), pues será la máxima que deba seguir durante la ceremonia. Y de sus últimas obras centradas en las artes marciales, como ‘Hero’ y la mencionada ‘La Casa de las Dagas Voladoras’, porque Yimou se mantendrá en pie de guerra hasta el último segundo de la gala. Quién sabe si estará pensando en Gong Li, a quien volvió a dirigir en su último film, ‘La Maldición de la Flor Dorada’. De la maldiciones huye, a escasas horas de la exhibición de su gran obra. Pero esto no es cine. Ésta es otra historia. Algunos dirán que palabras mayores. Se trata de los Juegos Olímpicos.
Si quieres firmar tus comentarios, regístrate o inicia sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Un repaso a dos semanas en Pekín de deporte y algo más.
Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.
Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...
Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.
A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si quieres, puedes registrarte o, si ya lo estás, iniciar sesión ahora.