"El medio ambiente está generando empleo y retorno económico", según una experta asturiana

Oviedo.-  Nieves Roqueñí dirige la Oficina para la Sostenibilidad, el Cambio Climático y la Participación del Principado desde hace año y medio y en este tiempo ha visto cómo el cambio en la situación económica ha dado lugar a un "consenso a nivel internacional" sobre que "la crisis puede ser una oportunidad para incorporar un modelo de producción mas sostenible".

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(EFE)

La consejera de Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Belén Fernández (i), y la directora de la Oficina para la Sostenibilidad y el Cambio Climático del Principado, Nieves Roqueñí (d). EFE/Archivo

Por tanto, en una entrevista concedida a EFE se muestra "optimista" y asegura que "hay un sector que tiene que ver con el medio ambiente que está generando empleo y retorno económico".

Parte de la labor que realiza la Oficina tiene que ver con el control de emisiones de gases de efecto invernadero que se emiten en la región.

"El Plan Nacional de Asignación (PNA) marca objetivos de reducciones en todo el Estado y los reparte entre todas las grandes emisoras", explica Roqueñí, que recuerda que "la Comunidad tiene competencias para autorizar a todas aquellas empresas a las que el PNA les da derechos de emisión" y su trabajo consiste en controlar cómo es el balance en ese cálculo de emisiones".

Además de las producidas por la industria, hay otra parte "importante" de emisiones que tienen que ver con el día a día de los ciudadanos, que son las llamadas emisiones difusas "que provienen del sector transporte, del residencial, de la agricultura, las derivadas de los residuos...".

"Respecto a ellas, como ciudadanos, tenemos un compromiso muy claro", sostiene Roqueñí.

En ese sentido es consciente de que Asturias "es una región muy singular y lo es a nivel de toda España", en el resto del país las emisiones de la población pueden suponer más de un 60 por ciento, mientras la industria emite menos de un 40 por ciento.

"En el Principado ese número está invertido, hay un 70 por ciento de emisiones de la industria frente a un 30 por ciento de emisiones difusas, de los ciudadanos, del transporte y de la vivienda", quizá por eso "ese mensaje, aquí en Asturias, es un poco difícil de dar, porque hay mucho peso de una industria que tiene mucha contribución de emisiones".

Pese a ello, recalca que es un mensaje que hay que hacer llegar a la ciudadanía porque a partir de 2012 entrará en vigor en paquete Clima y Energía de la Unión Europea en el que "los objetivos se separan, y hay unos objetivos para las empresas y unos objetivos para las emisiones difusas".

Esto supondrá "tener que medir los planes que se ponen en marcha para mejorar el transporte, para incorporar la movilidad sostenible, para mejorar la eficiencia de las viviendas, que las ventanas cierren bien, que las calefacciones gasten lo justo, que la iluminación sea sostenible", explica Roqueñí.

"Todas esas acciones van a tener también su propia contabilidad y en ese sentido es muy importante que el ciudadano de a pie se conciencie de que es cosa de todos", ha agregado.

En cuanto a las actuaciones de las compañías emisoras, ha indicado que "se está viendo que las empresas que tienen un componente verde o un componente de sostenibilidad están mejor preparadas para afrontar el cambio y para afrontar la crisis" y las compañías asturianas han hecho en los últimos años un gasto "importante" en tecnologías respetuosas con el medio ambiente.

Estas inversiones "para cumplir la normativa y tener mejor posición competitiva de cara a no tener que pagar derechos de emisión, como es el caso de las cementeras o de algunas eléctricas", suponen que "al final el medio ambiente se convierte en un sector económico con peso en la región".

Aún así el papel de los ciudadanos es fundamental por lo que Roqueñí sostiene que la clave está en "separar las dos cosas, a la industria ya se la controla por un lado, pero hay otra parte importante de emisiones que son del comportamiento individual y que también hay que reducir porque en caso contrario no se consiguen los objetivos globales".

En la Oficina, además de las labores de control de emisiones, hay una parte importante del trabajo destinada a la información de la ciudadanía en temas relacionados con el medio ambiente y el objetivo es lograr que la población participe de forma más consciente y activa.

"Está establecido por ley, y así se hace desde los órganos encargados de tramitar esos procedimientos, que se incorpore la participación pública, por ejemplo, en la evaluación de impacto ambiental de proyectos, o en la evaluación de planes y programas, o en determinados documentos de planificación un poco estratégica a nivel de la comunidad autónoma", explica la directora.

Cree que "desde la administración se hace razonablemente bien", aunque "salvo determinados colectivos" en general "no hay demasiada participación del público en las cuestiones que afectan al gobierno de los ciudadanos, como es el tema del medio ambiente", lo que en su opinión puede deberse a "una cuestión de mentalidad y de falta de formación en los temas ambientales por la mayor parte del público".

Reconoce que hay asuntos, como los relacionados con la energía, que resultan "técnicamente más complejos" y que "hay una barrera que es la formación y la comprensión de las cuestiones más técnicas" y para superarla lo que hay que hacer es "formar e informar a base de ir trabajando esa disciplina".

Roqueñí es consciente de que "no se puede renunciar a ello" y en este sentido apuesta por "cargar las tintas" con la gente joven, "que es quien tiene que tomar el relevo y además para quien hay que trabajar" porque "se trata de que los que vienen detrás disfruten del medio ambiente, del paisaje y de los valores naturales incluso mejor que las anteriores generaciones".